Empieza ya oficialmente el verano y con ello seguimos con el buen tiempo y el calor de la serranía que siempre llama para darse un chapuzón en algunas de las pozas naturales o ríachuelos que recorren la comarca que conforma la Sierra de Gata con las Hurdes.
Los frondosos bosques de los diferentes tipos de árboles construyen paredes de sombra donde disfrutar de la brisa y las cascadas y las caídas de agua nos tararean al son de los pájaros y el viento haciendo de estos momentos una sinfonía natural sin igual y digna de ser disfrutada sobretodo en verano.
En las pozas naturales, algunas con chiringuitos y zonas recreativas siempre se puede reposar en las rocas alisadas por el fluir del agua, las zonas de agua brava son lugares idóneos para buscar esas pepitas de oro que antaño salían de las minas auríferas de la zona que tanto rendimiento dieron desde épocas romanas.
Los pueblos increíbles refugios de sol cegador son lugares preciosos y mágicos construidos con pizarra y con restaurantes y bares que ofrecen bebidas típicas y manjares de la zona. Sus caldos famosos desde antaño y sus gentes nobles y cercanas siempre están dispuestas a orientarte y explicarte historias de la zona que nos dejaran pasmados y absortos.
Las sierra de Gata con las Hurdes conforman una agrupación de montañas que cerraban el paso a las gentes y al tiempo y conservan una tradición de siglos ya que sus terrenos abruptos y la dureza de esta hacían crecer el ingenio y la viveza de una tierra digna de ser conocida y visitada.
Entre la Castilla más castiza y la Extremadura de llanura se encuentra este reducto de maravilla natural a nivel de cualquier sitio prestigioso y si deseas conocer como se creo esta cultura de serranía siempre puedes ponerte en contacto con los guías locales de la Sierra de Gata con las Hurdes.